El alemán y yo

Por desgracia, el título de la entrada se refiere al idioma y no a un rubio cachas de dos metros con los ojos azules.

La idea de escribir sobre mi relación con el alemán viene por la primera entrada nuevo blog de traducción que tenemos el gustazo de tener de @TraductorJur en la que cuenta cómo llegó a hacerse traductor (y de alemán), así que yo me he animado y ahora cuento por qué elegí el alemán como lengua C.

Como bien algunos sabéis, mi lengua C es el alemán. ¿Por qué elegí el alemán? Al principio me lo preguntaba por curiosidad y ahora casi a modo de lamento. Unos creen que por Rammstein; otros, que porque tengo pinta de alemana; otros, que porque mi primo, que empezó la carrera tres años antes que yo, eligió alemán también. La verdad es que en bachillerato se me había dado bien el francés (de hecho, ahora es mi lengua C-2), pero tiré más para el alemán porque mi padre me dejó entrever que tenía más salidas (y me da que tenía bastante razón) y, además, el sueño de mi madre siempre ha sido poder aprender alemán. Pensé que así algún día podría enseñarle.

Al principio estaba muy contenta y emocionada. El alemán es una lengua tan difícil como interesante. La cultura alemana me encanta: me encanta la comida, la bebida, la fiesta, el arte, el ambiente, etc.

En primero aprendí poquito y, aun así, me fui a la aventura y estuve de beca MEC un mes en Colonia. Es lo mejor que me ha pasado y lo peor que le ha pasado a los demás. Ha sido la mejor experiencia de mi vida porque me lo pasé genial, conocí mucha gente, aprendí mucho alemán y me enamoré de la ciudad. Por otra parte, ha sido lo peor que le ha pasado a mis conocidos porque estoy obsesionada hablando todo el día de lo que adoro Colonia.

Segundo fue más complicado, como es normal, pero aun así aprobé los exámenes sin problemas. El nivel de alemán que teníamos a finales de segundo de carrera era tan bajo que no me atreví a irme a Alemania de Erasmus, como era mi ilusión. Decidí esperarme a cuarto, que quizá tras haber dado traducción general tendría más idea y podría estudiar en mi amada Colonia en cuarto.

Pero esto nunca ocurrió. Mi sueño se desvaneció cuando en tercero me encontré con que la asignatura de traducción de alemán no me aportaría nada nuevo. La traducción directa era frustrante y la inversa era imposible con un nivel tan bajo. En noviembre hice el examen de Erasmus para Reino Unido y ni siquiera me presenté al de alemán porque sabía que no me iba a ir.

Aunque Reino Unido era mi segunda opción, no me arrepiento de estar ahora en Portsmouth. He podido perfeccionar el inglés y conocer la cultura más a fondo. Además, nunca había estado en Reino Unido (Gibraltar no cuenta) y era una oportunidad de conocerlo. Pero no me quiero enrollar hablando de la Erasmus, ya tocará en otra entrada.

Pero no todo es negro porque, a pesar de todo, me sigue gustando mucho el alemán y quiero luchar por él. Es más, hasta los más grandes tienen relaciones tormentosas con el alemán (y si somos de la misma Universidad me da que no somos nosotros, sino el departamento de alemán de la UMA). Durante mi estancia en Portsmouth no tengo ninguna asignatura de alemán (me tengo que preparar Traducción especializada de DE-ES/ES-DE por mi cuenta), así que aquí escucho la radio en alemán, leo periódicos alemanes, traduzco alguna que otra noticia para no perder la costumbre, recopilo glosarios y otros recursos interesantes y estoy haciendo todos los cursillos gratis en Internet que pillo. Tengo un proyecto en mente, que ya os revelaré cuando llegue el momento, también relacionado con el alemán, por lo que no lo he dejado de lado ni mucho menos. En estos meses, por mi cuenta, he aprendido más que en tres años de carrera. ¿Soy demasiado autodidacta, es que ahora tengo más ganas que antes, o es que simplemente he perdido tres años tontamente confiando en unos profesores que no han sabido transmitir lo que saben (porque son gente importante y todo, aunque parezca increíble).

En conclusión: si te gusta algo de verdad, aunque tengas problemas para conseguirlo y creas que no es para ti, lucha por ello. Esto, además de al alemán, se puede aplicar a todo en la vida. No hay que desanimarse, Colonia Roma no se hizo en un día. Ya sé que no os estoy descubriendo Alemania América, pero viene bien recordarlo de vez en cuando, ¿verdad?

Ánimo y un saludo a todos.